Orquídeas inesperadas

La Vida trae regalos espontáneos. Esta mañana, después de haber desayunado, debía salir rumbo al aeropuerto para viajar de San José a Nueva York. Justo cuando cerraba el salveque para irme, vi el mesaje de la aerolínea: mi vuelo se retrasaría por tres horas.

Recibí la noticia como un regalo: tendría más tiempo para disfrutar de la cercanía de mis papás, de la mañana soleada, del cielo azul y de mi jardín. Y en éste hallé un tesoro.

Desde hace días una de las orquídeas silvestres había lanzado dos ramitas cargadas de capullos. Los había observado crecer pero no se habían abierto. Pensé que me iría al norte del Trópico de Cáncer sin ver el rostro de las flores.

Las horas matinales me permitieron admirar algunas orquídeas entreabiertas. No me había percatado de que ya empezaban a desplegar sus sépalos y pétalos y mostrar su semblante. Quizá en la prisa por salir, no me habría dado cuenta. Pero al relajarme para disfrutar del tiempo bendito e inesperado, las observé.

Algunas flores no se han abierto aún. Las verán mis papás, mis hermanas y los colibríes amazilia tzácatl y pajaritos comemaíz que suelen visitar el jardín.

Pero yo reanudo mi andar peripatético con la imagen de sus hermanas, hijas también de Natura naturans que ya empiezan a mostrarse al mundo. Las interpreto como augurio de inusitados florecimientos para toda mi gente amada.

Leave a Reply

Fill in your details below or click an icon to log in:

WordPress.com Logo

You are commenting using your WordPress.com account. Log Out /  Change )

Twitter picture

You are commenting using your Twitter account. Log Out /  Change )

Facebook photo

You are commenting using your Facebook account. Log Out /  Change )

Connecting to %s