¿Cómo salir del silencio
profundo y pacífico?
Como el último suspiro de la madrugada
mientras la Cruz del Sur aún bendice
a la Tierra desde el firmamento.
Como el cricrí de los grillos
y el croacroá de las ranas
al culminar su cantata nocturna.
Como el silbido del cuyeo
cuando el alba muestra
sus replandores azulados al oriente.
Como la primera melodía del soterrey
al dar la bienvenida al Sol, dador de vida.
Como el leve susurro de la brisa
al mecer las hojas del guarumo
en la quebrada.
Como el batir de alas de la oropéndola
al sobrevolar un claro en el bosque tropical.
Como el taptap de las gotas
de una lluvia pasajera
al caer sobre la hojarasca y el pedregral.
Como el pétalo púrpura que se desprende
de la flor del nazareno,
gira en el aire
y cae, vibrante, al suelo fértil.
Como el aleteo de uitsili, el colibrí,
al beber el néctar
de las heliconias en el jardín.