La Náyade de Hauz Khas quiso visitar a Sri Hánuman en su mandir (templo) de Cannaught Place, Delhi, durante nuestra última mañana en India. Recordaba cómo un mono, encarnación de Hánuman, le había intentado robar una mandarina en las inmediaciones de su estanque, Hauz Khas, un par de semanas antes. Por haber burlado y esquivado al monito ladrón, quiso dejarle a cambio una ofrenda de agradecimiento al dios hindú.
Llegamos al templo un martes caluroso al final de la mañana. Los devotos de Hánuman visitan el templo justamente los martes y viernes para dejarle sus ofrendas. Por ello encontramos gran movimiento en la inmediaciones del mandir. Los fieles se descalzaban afuera del templo, compraban sus ofrendas de flores e inciensos, e ingresaban en fila a saludar a la imagen de su dios.
No quisimos interrumpir o irrespetar su ritual por lo que desde las afueras de su casa saludamos a Hánuman, hijo travieso de una Ninfa y del dios del Viento. Le dimos gracias por los momentos lúdicos y gozosos en la India. Nuestra ofrenda no fue de flores sino de agradecimiento en el corazón.
Continuamos nuestra caminata en dirección a la rotonda de Connaught Place y nos encontramos con un mandir de Sri Ganesha, dios de la inteligencia y la sabiduría. Éste estaba más tranquilo. De igual forma agradecimos por lo que ya habíamos vivido y ponderado en la India y por los que sabíamos que continuaríamos aprendiendo conforme pasara el tiempo.
Frente a Hánuman y Ganesha, nos despedimos de Delhi y de la India. Esa noche, cuando despegamos, observamos la extensa ciudad iluminada desde el aire. Alberga siglos de historia. Veinte millones de corazones, mentes y vidas humanas, con sus dramas y alegrías, gozos y dolores.
Contemplándola le pregunté a Ganesha qué había aprendido en India. Se me vinieron a la mente dos respuestas. En India se siente, como realidad palpitante, la riquísima diversidad humana: etnias, religiones, lenguas, costumbres, filosofías, artes. Y en la India actual se presencia en toda su intensidad el drama contemporáneo de la humanidad: injusticia social, militarismo, nacionalismo, desigualdad, contaminación ambiental pero también creatividad, perseverancia, ingenio, bondad, generosidad, esperanza.
Esperamos que Ganesha nos ayude a seguir aprendiendo y creciendo por todo lo que vivimos en la India.
(Fotos: @fran_tasticavida)