Los estratocúmulos, provenientes del sureste, del Caribe, han traído al valle las primeras lluvias de cambio de estación. El lunes por la tarde una tormenta de viento y lluvia desató el primer aguacero descomunal sobre San José.

Observé a mi jardín beberse toda el agua que pudo, pero cayó tanta, que incluso la tierra sedienta se saturó y el agua se empozó. Pasaron un par de horas después del aguacero hasta que toda el agua se había filtrado hacia el subsuelo.

Durante la semana llovió algunas veces más y el jardín empezó a reverdecer.

Y esta mañana salió un sol esplendoroso de abril, aún de estación seca, e hizo replandecer los verdes de las plantas y los rojos y lilas de las flores.

Es época de transición y continúo observando la vida de mi jardín. En sus detalles encuentro deleite. Y además siento el ritmo de mis propias transiciones.