En días recientes uno de mis mayores placeres ha sido observar el florecer de lirios rojos en mi jardín.
Ya había observado el brotar y crecer de un capullo en una de las plantas que por varios años ha cultivado y cuidado mi Jardinero Fiel.

Desde entonces cada día, a distintas horas, he salido a observarlo.
El miércoles el capullo se empezó a abrir y se asomaron dos flores juntitas, cada una recogida en sí misma.

El jueves las dos flores cerradas empezaron a separarse poco a poco.

El viernes las dos flores cerradas colgaron hacia los lados, quedando el brote floral en forma de cruz.

Empezaron a abrir sus pétalos rojos discretamente. Una tercera flor empezó a asomarse. Para las personas de fe cristiana, se conmemoraba la Crucifixión de Cristo. Yo vi una cruz de Vida, no de muerte.

El sábado ambas flores se abrieron completamente, desplegando sus exhuberantes pétalos bajo el intenso Sol de abril, mientras la tercera flor se asomaba aún más, sin abrirse aún.

El intenso Sol del mediodía traslucía en los pétalos y las floreces parecían rojiamarillas, símbolos de Amor y Alegría.

Y hoy, Domingo de Resurrección para las personas de fe cristiana, permanecen abiertos dos lirios, como trompetas o campanas anunciando el continuo nacer y renacer de la Vida.

Esta mañana mi Jardinero Fiel regó las plantas, y las flores a esta hora aún están rociadas de gotas diáfanas y frescas.

Para mí, estos lirios de primavera representan el continuo renacer de la Vida, del Amor y de la Naturaleza como un florecer generoso y pleno.
Tengo lirios en casa y estoy pensando en sembrar sólo lirios en un pekeña espacio que tengo … gracias por las fotos 🙂
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Gracias por tu comentario Silvana. Ojalá florezcan muchos lirios en ese espacio.
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