En esta época de confinamiento continúo observando detalles de la Naturaleza a los que tengo acceso desde mi jardín. La continuidad de los procesos creativos de Natura Naturans me equilibra y serena.

He notado que el cielo sobre el Valle Central de Costa Rica está cambiando en abril. Ya no sólo lo atraviesan cúmulos a la deriva en el viento, mientras estratocúmulos coronan las cimas de cerros y volcanes.

Ahora también aparecen, a veces, altoestratos aglomerados como motas de algodón en una bandeja azul.

Algunos cirros se tiñen de rosa y naranja cuando nace Aurora cada mañana.

Otros cirros en pleno día pincelan de blanco las zonas más altas del cuenco cerúleo.
Surgen también cúmulonimbos. Ayer uno emergió sobre las montañas al oeste del valle. Creció y creció como una erupción hacia las alturas hasta que ocultó al abrasante sol tropical y nos regaló la primera lluvia desde que entró la estación seca. Refrescó a las plantas sedientas y a la tierra seca.

Y a veces crece un cúmulonimbo a la hora del atardecer para dorarse en resplandores por el sol poniente.

También he observado cirroestratos que el ojo humano percibe pero la cámara de mi celular no capta.
Sin embargo, hace algunos días sí pude fotografiar a un grupo de nubes tenues y altas pintarse de rosa y rodear a un cachito de luna al atardecer. Ese fue un regalo de Natura Naturans para despedir al cielo de marzo y darle la bienvenida al de abril.

Que fotos tan maravilloso! especialmente lo de la luna creciente y el foto adonde parece que los nubes bajan a conocer las montañas y para saciar la sed de la tierra seca — las plantas regocijarse en estos nubes. También yo disfrutó el foto bellísimo de los nubes oscuro, solamente iluminado en ciertos partes por la intensa luz del sol.
LikeLike
Gracias Diana por tu observación sensible y detallada.
LikeLike