Luna llena decembrina, la gente del Norte reconoce tu belleza pero te llama Fría porque sos la primera de su invierno. Acá, en mi trópico centroamericano, yo te llamo Cálida pues llegás con el verano. Esta madrugada brillabas sobre mi jardín y las rosas magenta resplandecían de alegría. Salí a saludarte y dejé que me iluminaras. Quizá, por breve instante, yo mismo resplandecí bajo tu luz.
(Foto: Xinia Campos)