No sé tu nombre, blanca flor,
ni tenés voz para decírmelo.
No la necesitás.
Te expresás en tu sencillez,
en tu generosidad serena,
en tu simple gozo de ser.
Hoy quisiera ser
sencillo, generoso
y feliz como vos.
Guardo silencio.
Te percibo.
Te contemplo.
Acallo mi pensamiento.
Siento.